La Central Unitaria de Trabajadores -CUT- definió entre sus principios fundacionales la lucha por una salida política negociada al conflicto armado, el rechazo al uso de métodos violentos para tramitar los conflictos sociales y políticos, y la lucha por la democracia y la paz.

El gobierno del presidente Santos emprendió una negociación con las guerrillas de las FARC y el ELN, que la CUT ha apoyado desde su mismo anuncio. Esa negociación ha llegado a unos acuerdos que incluyen la finalización de la guerra en la búsqueda de una paz estable y duradera, y deberán ser refrendados mediante el proceso constitucional de un Plebiscito en el que los colombianos tendremos la opción de votar SÍ para aprobarlos cuando estén firmados.

Son suficientes las razones que motivan el llamamiento del sindicalismo a todos los colombianos para salir a votar por el SÍ. Durante más de medio siglo la violencia política ha afectado la vida de los colombianos con catastróficas consecuencias sociales, económicas y en Derechos Humanos; particularmente el sindicalismo y los luchadores populares han puesto millares de víctimas, han visto el aniquilamiento de sus organizaciones, la pérdida de derechos laborales y libertades sindicales, y han soportado la estigmatización y el señalamiento de sus actividades reivindicativas y políticas por el aprovechamiento oportunista que las fuerzas reaccionarias han hecho de la violencia.

Para el sindicalismo y las fuerzas democráticas, avanzar hacia la paz representará un mejor escenario de garantías para el ejercicio de los derechos de los trabajadores y de la libertad sindical. Desaparecerá el reprobable pretexto de usar la persecución al enemigo interno como excusa para señalar y reprimir las luchas populares y reclamos de los colombianos e incluso para justificar la intervención del gobierno de Estados Unidos en nuestros asuntos internos como ocurrió con el nefasto Plan Colombia.

Los problemas estructurales que afectan la vida de los colombianos, como el de la profunda desigualdad, no serán resueltos solamente con la firma de los acuerdos, pero, su cumplimiento será un paso en la construcción de la democracia porque entendemos que en esta etapa estos no tienen el alcance de representar un cambio del modelo económico y social dominante, ni de la manera inequitativa de relacionarnos con las potencias económicas y sus multinacionales que han neo-colonizado la producción y nuestro trabajo, esto lo alcanzaremos con la movilización social y la lucha política que indiscutiblemente tendrá mejores condiciones con los acuerdos de paz.

Votar SÍ a la paz no significa un referendo de apoyo al gobierno de Santos como pretenden distorsionar sectores regresivos que intentan desfigurar el sentido de los acuerdos, y mucho menos el voto por el NO es un rechazo a las políticas sociales y económicas neoliberales que han golpeado a los colombianos en las últimas décadas, este enfoque tiene el inaceptable propósito de atacar veladamente el SÍ para confundir a los votantes. Es preciso aclarar que Votar SÍ es un espaldarazo a los acuerdos para alcanzar unas mínimas condiciones de garantías democráticas.

La CUT llama a todos los colombianos a votar por el SÍ a los acuerdos de paz, y a mantener la oposición a la política económica y social del modelo neoliberal que los anteriores y el actual gobierno han venido imponiendo.

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