El agua es un elemento vital y estratégico. Somos aproximadamente un 70% pura agua y el cerebro tiene un 70%, la sangre el 80% y los pulmones el 90%. Las rosas que exportamos tienen 96% y el resto es ceniza. No podemos dejar de tomar agua por más 5 días.

Hoy podemos ver en YouTube cómo hay carros que en vez de gasolina usan agua. Mediante un proceso de electrólisis, se separa el hidrógeno del oxígeno. Con el hidrógeno se hace la combustión, e imagínense, el residuo principal es oxígeno. A las grandes multinacionales del petróleo nos les interesa que el invento prospere y no apoyan las investigaciones. Ver: link http://bit.ly/j9iH9V

Lo mismo sucede con la contaminación de los ríos, pues cuanto más contaminados estén, mejor es el negocio de la venta de agua embotellada.

El problema radica en que no hemos tomado conciencia de la magnitud del problema, pues hasta ahora tenemos suficiente agua potable y se piensa que no se va a agotar. Además, no analizamos la causa objetiva del problema y la dirigencia, con contadas excepciones, se contenta con pontificar sobre sus efectos, la corrupción y la pobreza, y oculta que la causa principal radica en la privatización, que transforma el agua en una vulgar mercancía, en un negocio que se rige por la máxima ganancia.

El problema es general, pero con referencia al río Bogotá, cuya cuenca nace a los 3.300 msnm, en el Páramo de Guacheneque, municipio de Villa Pinzón y desemboca a los 280 msnm en el río Magdalena, municipio de Girardot, todo en el departamento de Cundinamarca y con una población aproximada de más de diez millones de personas. En su recorrido pasa por 46 municipios, los cuales se benefician, pero también contribuyen a su contaminación. En la cuenca alta están Villapinzón, Chocontá, Suesca, Sesquilé, Gachancipá, Tocancipá, Cajicá, Chía, Cota, Funza, Mosquera y Soacha. En la cuenca media, el Distrito Capital y Soacha, y en la cuenca baja, el Salto del Tequendama y San Antonio del Tequendama, Tena, La Mesa, El Colegio, Anapoima, Rafael Reyes, Tocaima, Agua de Dios, Ricaurte y Girardot.

Que esta grave situación sirva para volver a poner en el orden del día los 5 puntos de referendo del agua, con los cuales conseguimos más de dos millones de firmas y que es bueno recordar.

1 – “El Estado debe garantizar la protección del agua en todas sus manifestaciones por ser esencial para la vida de todas las especies y para las generaciones presentes y futuras. El agua es un bien común y público”.
2- “El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental. El Estado tiene la obligación de suministrar agua potable suficiente a todas las personas, sin discriminación alguna y con equidad de género. Se debe garantizar un mínimo vital gratuito”.
3- “Todas las aguas, en todas sus formas y estados; los cauces, lechos y playas, son bienes de la nación, de uso público. Se respetará una franja de protección de los cauces de ríos, lagos y humedales. Las aguas que discurren o se encuentren en territorios indígenas o en los territorios colectivos de las comunidades negras son parte integrante de los mismos. Se garantizará además el valor cultural del agua como elemento sagrado en la cosmovisión de los grupos étnicos”.
4- “Los ecosistemas esenciales para el ciclo del agua deben gozar de especial protección por parte del Estado y se destinarán prioritariamente a garantizar el funcionamiento de dicho ciclo, sin vulnerar los derechos de las comunidades que tradicionalmente los habitan, procurando modelos de uso sustentable, de tal manera que se disponga de agua abundante y limpia para todos los seres vivos”.
5- “El servicio de acueducto y alcantarillado será prestado en forma directa e indelegable por el Estado o por comunidades organizadas. Las entidades estatales o comunitarias que se organicen para dicha prestación no tendrán ánimo de lucro y garantizarán la participación ciudadana, el control social y la transparencia en el manejo de los recursos y demás aspectos de la operación.
Las comunidades organizadas para la prestación de estos servicios se fundamentarán en la autogestión para lo cual todos sus integrantes acordarán las modalidades de gestión económica necesarias para su funcionamiento. Dichas comunidades recibirán apoyo del Estado para garantizar la cobertura y potabilidad del agua que suministren”.

Pero también dijimos que este propósito y otros, como las 23 plantas de tratamiento, PTAR, que construyó la CAR y estaban funcionando bajo su responsabilidad pero que fueron entregadas a los municipios para su manejo directo. Lo grave es que no se les trasladaron los recursos a los entes territoriales, por lo que ha sido inevitable el alza de tarifas. No podemos permitir que todos los valores sean trasladados a las tarifas y nos preocupa la denuncia que hizo un usuario en el Foro de Soacha: que los municipios están comprando el “agua en bloque” y pagando a $ 10.965el metro cúbico. Además, hay sitios donde empresas privadas no hacen los vertimientos ni dan el debido tratamiento a las aguas servidas.

Podemos enfrentar todos los anteriores problemas solo con la más amplia unidad de todos los sectores afectados, incluidos alcaldes, concejales ambientalistas y usuarios de los servicios públicos domiciliarios, en una mesa cuyo lema puede ser: Salvemos el rio Bogotá y defendamos los usuarios de los SP.

Propiciemos una unidad que, además de forjar la unidad, dirija un proceso de educación, organización y movilización de la gente. Si hacemos bien esta tarea, lograremos que las futuras generaciones no se mueran de sed.

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