Libardo Gómez Sánchez, Neiva, octubre 17 de 2016

La buena vibra como dicen los jóvenes hoy día florece en todas partes, así nos lo recuerda quien decide anualmente otorgar los premios Nobel, este año particularmente el de literatura, el ungido es un cantautor norteamericano, un extraño para la mayoría de los colombianos que nos deleitamos con aires mas locales como la carranga, la trova paisa o los bucólicos sonetos vallenatos, debemos confesar nuestra ignorancia, desconocemos el trabajo de Bob Dylan, pero curiosos por entender la decisión de los Noruegos al revisar traducciones de sus temas nos topamos con los versos de uno de sus títulos Blowin’ in the Wind de 1963 que suena así:

….Sí, y cuántas veces deben volar las balas de cañón Antes de que sean prohibidas para siempre?……

Si, ¿y cuántas muertes se aceptaran,

hasta que se sepa

que ya ha muerto demasiada gente?

la respuesta, amigo mío,

está soplando en el viento,

la respuesta está soplando en el viento.

Una voz pertinente en el momento que atraviesa nuestro país que acaba de vivir el frustrado plebiscito para decidir si se aprobaba lo acordado por el gobierno con la guerrilla de las Farc, las balas de fusil podrían continuar disparándose si las elites no disponen ponerse de acuerdo en este tema que pareciera nos tiene a todos con el deseo de acabar tantas décadas de guerra inane y atroz; llama la atención como nos lo recuerda el senador Robledo en estos días de balance de los nefastos efectos de los TLC que quienes llevan años poniéndose de acuerdo en todo: la ley 100 de reinado de las EPS, Apertura y Libre Comercio por doquier, Reforma Educativa y ser pilo paga para privatizar, Reformas tributarias para conceder exenciones a las multinacionales y aumentar los gravámenes a las mayorías con IVA, impuesto a la gasolina y al consumo, venta a menor precio del patrimonio público como Ecopetrol y las empresas rentables del Estado, todas decisiones que han lesionado a los colombianos, ahora en un asunto que pareciera obvio resolver ha sido utilizado para polarizar a la población con argumentos engañosos de parte y parte, recordándonos las viejas rencillas de liberales y conservadores que dieron lugar a la violencia partidista entre sus bases mientras las cúpulas se sentaban a manteles para repartirse el poder y las canonjías del gobierno; de reeditar la historia Dylan podría escribir:

Si, ¿hasta cuando los poderosos

lograrán engañar al pueblo trabajador

que no alcanza a ver opciones diferentes ?

la respuesta está soplando en el viento

y este terminará siendo un huracán.

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