Guillermo Guevara Pardo, Bogotá, D.C., 26 de febrero de 2017

De los siete pecados llamados capitales, la pereza, se considera el más “metafísico”, pues “está referido a la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia en cuanto tal” como se explica en el portal Taringa. Igual que cada uno de sus otros seis “hermanos”, la pereza cuenta con su propio demonio titular: Belfegor, un monstruo atlético y gigantesco. Las almas que practicaron en vida “la madre de todos los vicios”, Dante las puso en el Purgatorio.

Sin embargo, entre algunos animales la pereza es una virtud que contribuye al éxito evolutivo, es decir, aumenta la posibilidad de quien la practica de transmitir su dotación genética a la descendencia. Los seres vivos tienden a no gastar energía de manera innecesaria, como estrategia evolutiva que les permita vivir en un determinado medio ambiente. Algunos animales han exagerado esa táctica, como es el caso del oso perezoso, mamífero que habita las selvas húmedas de Centro y Suramérica y del cual se conocen dos formas: el de tres dedos (tridáctilo) y el de dos (bidáctilo). Su parecido con los primates es solo aparente e ilustra un ejemplo del fenómeno evolutivo conocido como convergencia: las alas de las aves y las de los insectos, por ejemplo, son estructuras convergentes, aunque anatómicamente muy diferentes cumplen una función similar, pero han surgido por caminos evolutivos diferentes. El perezoso está filogenéticamente más cerca al oso hormiguero.

Los perezosos están completamente adaptados a la vida arborícola desplazándose muy lentamente entre las ramas de los árboles; casi han perdido la capacidad de caminar sobre el suelo. Su principal fuente de alimento son las hojas que proporcionan muy poca energía y son muy pobres en nutrientes. Esto hace que la compleja cavidad estomacal del perezoso albergue una flora bacteriana especializada que le ayuda a degradar tan duro alimento, razón por la cual posee una digestión que puede prolongarse por un mes o más.

Un grupo de científicos de la Universidad de Wisconsin-Madison, tras siete años de investigación, ha declarado que el perezoso tridáctilo es el mamífero más lento del planeta. Con un índice metabólico de 162 kilojulios por día y kilogramo de peso, el perezoso tridáctilo necesita menos energía que el koala, cuyo consumo asciende a 410 kilojulios diarios por kilogramo. Los perezosos bidáctilos, por su parte, muestran un gasto energético de 234. Con 185 kilojulios, el panda gigante es el único que hace sombra al mamífero más lento del planeta, informa la revista Investigación y Ciencia en su número de noviembre de 2016. Además, saliéndose de la norma mamífera y acercándose a la reptiliana, son algo heterotermos, es decir, pueden variar su temperatura corporal para igualarla a la ambiental como rutinariamente lo hace cualquier iguana. Toda la anatomía, fisiología y conducta del oso perezoso tridáctilo evolucionó por selección natural para hacer de la pereza la forma de evitar los depredadores que medran en las selvas centro y suramericanas. De allí que la vida del día a día de este maravilloso animal se reduzca a comer, descansar, dormir y de vez en cuando bajar de las copas de los árboles a eliminar las materias fecales y la orina, comportamiento que favorece la salud del bosque que habita.

En Itagüí seguirán teniendo más razones para continuar con su particular homenaje a la posibilidad de dedicarse a la haraganería durante un buen rato del día.

Coda: Colciencias está siendo marchitada a grandes pasos por el gobierno de Juan Manuel Santos. A este personaje no le interesa el desarrollo científico y tecnológico del país. ¿Una prueba? El raponazo de $1,1 billones que acaba de darle al sector de la ciencia. Así es imposible que nuestros científicos puedan incursionar en cualquier área del conocimiento. Pero Colombia sí tiene arreglo: en 2018 ni con el santismo ni con el uribismo, la ciencia podrá tener futuro.

Deja un comentario