José Arlex Arias, La Verdad, Cartagena, febrero 13 de 2017

A pesar de la protección de los grandes medios de comunicación, los últimos hechos de corrupción han colocado a Cambio Radical, el partido del vicepresidente de la República –quien a pesar de estar en campaña presidencial con los recursos del Estado no tiene empacho de “levantar a coscorrones” a un guardaespaldas que se juega la vida por él–, como una cloaca política que respira corrupción por donde se le mire. La corrupción sigue campante en Colombia porque esos grandes medios, que se juegan sus propios intereses, ni siquiera mencionan los partidos del Establecimiento Oficial que tienen decenas de dirigentes carcomidos, pero cuando se trata de alguien de la oposición, le caen con todo como una gavilla de aves rapaces.

 

A Cambio Radical le capturaron recientemente al alcalde de Riohacha, Fabio Velásquez, por un presunto peculado de cerca de $1.720 millones. Este es apadrinado de Oneida Pinto, gobernadora destituida de La Guajira, quien a su vez sucedió a Kiko Gómez, condenado a 55 años de cárcel por homicidio. En este partido también figuran Benjamín Socadagui Cermeño, alcalde electo de Arauca en el 2015 procesado por delitos electorales, y por lo mismo fue destituido en 2016 el alcalde de Girardot, Cundinamarca. Hay que tener en cuenta que además de Vargas Lleras, en Cambio Radical también tiene el mando la “Casa Char”, que según los mismos integrantes de este partido, son de los avaladores especialmente en La Guajira.

 

Este partido fue constituido el 15 de enero de 1998 en el Teatro Libre de Bogotá en “una Asamblea de inconformes con el transcurso de los acontecimientos políticos nacionales” dice la página web Congreso Visible. Esto es lo que explica su programa de gobierno en cuanto a la corrupción: “La corrupción es una amenaza a la seguridad del Estado, ya que facilita el crimen y el terrorismo, y a la vez obstaculiza el desarrollo económico y democrático del país. Como una estrategia de lucha contra este flagelo, vamos a asegurar la aplicación de la ley de extinción de dominio contra los corruptos… Fortalecer y hacer efectivo el control interno de las entidades públicas… Lograr que las decisiones gubernamentales estén abiertas al escrutinio público… Proponer veedurías ciudadanas eficaces”. Parece que esto fue solo un canto a la bandera, como lo es la lucha contra la corrupción para la mayoría de los neoliberales.

 

Según Wikipedia, “el partido ha sido uno de los más afectados por el escándalo de la parapolítica… Varios de los parlamentarios elegidos por el partido resultaron envueltos en el escándalo y fueron privados de la libertad… el representante Óscar Wilchez, la congresista Karelly Patricia Lara Vence, el senador Rubén Darío Quintero, el senador Miguel Pinedo Vidal, el representante Alonso de Jesús Ramírez, quien había reemplazado en la curul a la también detenida Karelly Lara Vence(…), el congresista Luis Humberto Builes Correa(…). La senadora Nancy Patricia Gutiérrez, expresidente del Senado, fue vinculada a una investigación preliminar por sus presuntos nexos con paramilitares por parte de la Corte Suprema de Justicia”. ¡Este es el partido que nos quiere imponer a Vargas Lleras como presidente!

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