Armando Buitrago, o Ugo Barti, o Timoteo, o Kosko, los tres nombres con los que se lo conocía en el medio, fue el más grande caricaturista colombiano de todos los tiempos, según varios de sus colegas.

En palabras de Elkin Obregón, sus trabajos eran “un llamado a la inteligencia”. Mico, que además de caricaturista es un gran humorista, como Tola, la de Tola y Maruja dijo de Barti: “Para caricaturas de personas no hay quien le ponga la pata”. El jefe conservador ya fallecido, Álvaro Gómez Hurtado, quien fuera director de El Siglo, llega todavía más lejos, al asegurar en su libro Las letras y el talento: “Barti es el mejor caricaturista de habla hispana”.

Consumado fisonomista, se inició en el oficio de la caricatura y la diagramación en el diario El Siglo haciendo oposición al Frente Nacional. Allí acuñó sus dos más conocidos nombres de batalla, Ugo Barti, anagrama de su apellido, Buitrago, y Timoteo. El tercer pseudónimo fue Kosko, con el que firmaba en el periódico Hoy por hoy. Con El Siglo y El Nuevo Siglo estuvo 25 años. Laboró también en Lecturas Dominicales de El Tiempo, en el Magazine Dominical de El Espectador, en el diario bumangués Vanguardia Liberal, en Portafolio y en la revista Cromos. En 1978 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar.

Pero Armando era un prófugo de la fama, voluntariamente inclinado al anonimato, tanto que jamás se dejó publicar una sola fotografía en los seis medios con los que colaboró durante décadas. No concedió sino una sola entrevista en toda su vida, para la Enciclopedia del humor, de 1975: solo dijo: “Nací en Cali y todo lo demás está por hacer”.

Fue un viejo y leal amigo de nuestra tendencia El MOIR, y mantuvo su apoyo permanente al Polo desde su fundación en el año 2005. A él nos unen lazos entrañables: ya en 1960 fundó con Héctor Valencia la revista Guiones, de crítica de cine, colaboró asiduamente en la diagramación de Tribuna Roja y de la propaganda del MOIR para varias de sus campañas electorales y, en especial, para las de todo el periodo de Alternativa Democrática y del Polo. En el año 2006 adhirió a la candidatura presidencial de Carlos Gaviria junto con cientos de intelectuales y artistas. Y siempre apoyó con entusiasmo las campañas y la labor de Jorge Enrique Robledo en el Senado de la República. Nos enorgullece compartir con Libia, su entrañable compañera, y con sus familiares y amigos, la certeza de que Barti falleció después de ser durante toda su existencia un intelectual que sin ninguna vacilación puso siempre su capacidad creativa al servicio de la nación y el pueblo de Colombia.

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